9.9.12


Hoy me he parado a pensar lo mucho que ha cambiado mi vida (y yo misma) en este último año. Recuerdo el principio del curso pasado, que comencé sin ganas de estudiar, ilusionada porque sentía que me hacía mayor, pero también asustada y con un poco de miedo al futuro. Me acuerdo perfectamente de la cantidad de personas que conocí, y gracias a muchas de ellas aprendí quien realmente vale la pena y quien no se merece ni la hora. Recuerdo perfectamente como si fuera ayer aquel 25 de marzo, el peor día de mi vida, cuando casi lo pierdo para siempre. Gracias a ese horrible día, me di cuenta de quien estaba ahí apoyándome, a quien podía considerar realmente mi familia o mis amigos. También me acuerdo de aquel 5 de abril, cuando la vi después de 5 años, y que si no fuera por las circunstancias, habría sido el mejor día del año.
En estos últimos meses aprendí que hay que disfrutar cada momento bueno, porque ya vendrán los malos tiempos. Lloré tanto que aprendí que las lágrimas no sirven para nada, pero que a veces es necesario llorar hasta que te duelan los ojos para sentirte un poco mejor. Aprendí a valorar lo que tengo, a demostrar un poco más lo que siento, a decir te quiero a algunas personas importantes, a pedir más veces perdón, a dejar el orgullo a un lado y reconocer mis errores y mis defectos.
Sobre el amor...¿qué decir del amor? En estos momentos ni siquiera sé si existe o es todo una mentira que nos quieren hacer creer las películas desde que nacemos; cuando por fin creía que existía me di cuenta de que no todo es tan bonito como nos quieren hacer ver. Pero de los errores se aprende, y en esta ocasión aprendí que el amor ya llegará (si es que existe realmente...)
Aunque ya lo sabía, me di cuenta de que amigas como ella no hay ninguna, y que si fuera cierta la frase “Tanto tienes, tanto vales” yo valdría más que todo el oro del mundo sólo por tener una amiga como ella.

En el último año tuve días buenos, días malos y días en los que me hubiera gustado estar en otro planeta. Ahora lo que tengo que aprender es a olvidarme de los malos momentos y disfrutar cada minuto como si fuese el último de mi vida.