12.2.13

No soy una hija perfecta y ejemplar, lo sé. Creo que cada uno tiene sus virtudes y sus defectos, y está claro que la perfección no es una de las mías. Discuto mucho, me enfado fácilmente, y te hago enfadar. No sé controlarme cuando me pongo a gritar ni tampoco sé pedirte perdón.
Lo que si sé es escuchar, escuchar todas esas historias que me cuentas de tu infancia y juventud, o incluso escuchar las cosas que yo hacía de pequeña. Sé reírme con todas y cada una de las tonterías que dices, de las canciones que cantas o de los bailes en la cocina. Sé dar abrazos, sé contar historias y sé hablar de tonterías hasta que te rías.
Porque no hay nada más bonito que una sonrisa. 
Por eso quiero que sonrías siempre, pero hoy especialmente, porque es tu día, y el de nadie más.



Te quiero